La luz al fin del camino

El salón de baño, por lo general, es un cuarto ocsuro y pequeño donde la luz natural carece de vida, por ellos en necesario encender una bombilla de luz artificial, para poder ver...

¿Para qué prendemos la luz del baño?, para ver con tranquilidad nuestras partes íntimas, para mirarnos ante el espejo y vernos cómo hacemos muecas, para leer un condorito o leer el diario, para ver las formas que se dibujan en el confort después de, para analizar los azulejos o cerámicas que puso un tipo, para ver cómo el agua deshace lo que comimos al almuerzo, para que las polillas se golpeen con la ampolleta, para sacarnos con cautela lo moscos o los patos y pegarlos en la cortina, para reflexionar sobre la vida, para comer con tranquilidad los chocolates de la mamá???.

...como cagamos. Cuando llegas a un baño que no es al que estás acostumbrado a entrar, ti mano or inercia busca el interruptor que acostumbra a presionar; y si el el interrumptor no coincide con el tuyo, tu organismo comienza a desesperarse. Más que estás que te cagas y la luz no se prende. Puedes estar hasta 2 horas buscando dónde se prende la luz, e idiotamente te da verguenza preguntarle al dueño de casa dónde se encuentra la luz. En fin, con tanto estrés bañístico, terminas cagando en la ducha, limpiándote con la cortina y prendiendo un fósforo para encontrar la salida, y de pasada prender el calefont por accidente, y el dueño debe llamar a los bomberos porque la casa se incendia, la media cagaita... ¿o no?.