domingo, 17 de julio de 2005

Sopa para machos

Ser�� claro: el ejercicio gastron��mico que derallar�� a continuaci��n hay que realizarlo justo, pero justito antes de que el sol despunte, y estando bien, pero bien curado. De ser posible, en compa?��a de amigos corajudos que no le saquen el cuerpo a nada, venga lo que venga. Por lo mismo, se debe evitar, a como d�� lugar, la inhibidora presencia de damas de toda suerte y naturaleza, incluyendo a las m��s putoncitas, pues a la larga resultan mas melindrosas y asquientas.
Me siento en la ��nica mesa del local, un clandestino al que se llega por un remolino de callejones y patios de faena adandonados y, con una voz como para cortar le?a, solicito la especialidad de la casa: una sustancia y dram��tica sopa hecha de un gigantesco manojo de miembros viriles de toros y novillos, puestos a hervir en un gran fondo con ajo, cebolla, aj�� cacho de cabra y otras innombrables porquer��as del mundo vegetal.
El plato, que e stan hondo y desmesurado como una bacinica de mi t��a Chela, me llaga acompa?ado de una crujientre marraqueta reci��n salidad del horno . La sopa de vergas humea toda su maculinidad ante mis narices. Y, como quien se manda un taco de ?ache, me sumerjo feliz de la vida en este caldo, donde a��n se perciben reminiscencias de antiguos coitos, de calenturas sin hembras de mota?as ��speras y potreros, de penas golpedas en las panzas.
Rica es la sopa de l��pices, intensa y maldita, con sus regustos salvajes tot��micos. La acompa?o con harto ajicito y un Alto del Carmen que voy sorbiendo bien despacito para no arrebatarme.
Las presas- o, dig��moslo de una buena vez, las pichulas- tienen una textura que recuerda la de las esponjas y tambi��n le de siertos mariscos bivalvos cocidos. ?D��ndo habr�� andado metida la que ahora me llevo a la boca con fruici��n?. Y esta otra que empujo con pancito, ?cu��ntas manadas habr�� procreado en su larga y erecta existencia?. Aunque no lo crean, hay que ser bien machito para servirse como si nada este tremendo pedazo, mientras la noche se alarga, negra y dura, all��, Franklin abajo.
"ALGÚN DÍA VEREMOS EL SOL"