Alejandro Guillier le dijo a los parlamentarios que eran unos ��cara de raja��. ��Es una groser��a decir cara de raja��, le dijo el presidente de la C��mara de Diputados, Gabriel Ascencio. ��Se dice carerraja, me lo dijo un profesor��, corrigi�� el periodista.
En realidad, decir carerraja, o cara de raja, no alcanza a ser una chuchada (o sea, no tiene el peso de decir, por ejemplo, conchetumadre, o concha de tu madre), sino que es algo as�� como arreglarse los calzones en p��blico, nada del otro mundo, nada deplorable. No es muy fino, en eso estamos de acuerdo, y perfectamente, en lugar de carerraja, podemos decir desvergonzado, brib��n o granuja, pero decir carerraja a veces tambi��n es decoroso, sobre todo si se compara con las expresiones que se han visto en la propia C��mara de Diputados. ?C��mo olvidar al diputado Ren�� Manuel Garc��a d��ndole a conocer la altura de su pensamiento, valent��a y dignidad a una se?ora -que es familiar de detenido desaparecido- mediante un expresivo zangoloteo de su aparato genital tomado a dos manos? Frente a eso, decir carerraja es una verdadera fineza.
En cualquier caso, el carerrajismo es una instituci��n que vale la pena investigar. De partida, su etimolog��a es absolutamente enigm��tica: ?qu�� tiene que ver la desverg��enza con un rostro similar a las nalgas humanas? Un noruego o eslovaco o japon��s que aprende espa?ol, si escucha que alguien es cara de palo, puede deducir que se trata de una persona que permanece facialmente inmutable, como un palo, aunque haya cometido las peores aberraciones. En cambio, si le dicen que alguien tiene la cara parecida a la juntura de los gl��teos, ?qu�� puede deducir? Su confusi��n ser��a tremenda. Y si adem��s escucha que otra persona tiene cara de poto, y que esto, a pesar de que poto y raja significan m��s o menos lo mismo, no quiere decir que el cara de poto tenga necesariamente cara de raja.
En conclusi��n el secreto de los carerrajas, pues esos sujetos siempre necesitan un lugar de indefinici��n que los proteja en su codicia, porque en el fondo son extremadamente d��biles y, como temen mostrar su verdadera cara, que es su tal��n de Aquiles, muestran la otra, la blandita, para recibir patadas indoloras, castigos que no son castigos, y seguir muy campantes, como si nada hubiera pasado.
1 comentario:
ta bien wenoi... felicitaciones wn... ahi te posteo los otros que me dio paja leerlos xD
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