Remitente: Laura

El sábado por la mañana el buzón de cartas había tenido un amanecer bastante agitado, llegaron cartas para todos, entre cuentas, beneficios, descuentos, ofertas, propagandas politicas y una carta para mi. Remite Laura desde Lisboa Portugal con fecha 4 de marzo. En su carta decía...

Juan estoy acá en un hotel muy lujoso en Lisboa, es todo tan distinto, extraño a mi familia a mis padres a mis hermanos, cuando puedo envío dinero para allá, el tipo del auto me da mucho dinero por estar con él, por estar once minutos en la cama, por gritar un poco, por actuar y hacerlo creer que lo amo. Me enteré que es un afamado economista y que tiene una esposa y tres hijos, ellos creen que ahora está en un viaje de negocios, bueno no sé para qué te cuento estas cosas, si no te importan, claramente puedo decir que yo ya no te importo, o a decir verdad nunca te he importado. Juan el tipo ayer por la tarde me agredió, me dio una cachetada en mi mejilla derecha y yo sin poder hacer nada, tan solo llorar. Todo empezó porque me pregunto si lo amaba, y yo bajé la mirada y respondi con silencio. Ahora tengo tiempo para contarte porque me tiene encerrada en la pieza de un hotel, el botones que me trae el desayuno por la mañana me lleva las cartas al correo.
Juan, el motivo de esta carta no era para contarte que estoy en un lugar hermoso ni que lo estoy pasando muy mal, era para decirte que aún no te puedo sacar de la cabeza, que te apareces en mis sueños y que no dejo de pensar en ti. Soy una loca, solo deseo que en tu regreso a la Universidad te reconcilies con la niña y que ella te ame como tú la amas. Que rabia no poder ser esa mujer. Escribo como si te tuviera aquí muy cerca, acostada en tu pecho, pero estoy tirada en mi cama buscando una salida.
Te deseo lo mejor Juanin, que te vaya muy bien y espero que respondas esta carta.

Si tan solo ella supiera como estoy. Laura, te responderé.