Una triste canción

Me senté frente a mi teclado y comencé con un do#m (do sostenido menor)a tocar la melodía que me llevaría a escribir las letras de una canción que me haría llorar por 20 años. La canción de principio a fin dice tu nombre, en líneas, entrelineas hasta la letra chica. ¿Te gusta la oscuridad?, a mi me gusta tu sombra y tu carita a contraluz que hace el eclipse del astro más bello; decía en una de sus estrofas. Llené de 10 acordes menores una sola línea y de arpegios sin silencios a la parte de la canción que habla de mi vida, del día que nací y del día que morí, de aquellos días que volví a nacer y volvía a morir, de aquellos días donde el sol se tapaba con un dedo y la luna me contaba sus penas de amor y juntos llorábamos.
Nací un 9 de septiembre en esa cama incómoda en una casa que no era la mia ni la suya, abrazado a tus brazos llenos de calor y de esperanza toqué tus labios con los mios y solo bastó un segundo para volar por todo el cielo arriba de un cometa y despegar en Tulum, morí en pocas semanas y en pocas semanas volví a nacer. Una vida como una Noria donde a veces estaba arriba y en pocos segundos ya estaba abajo, y ahora permanece detenida sin nadie que la meneje. Continué con el un verso viejo que ya antes escribí para ti: "Sueño con correr a tus brazos y amarrarte con un beso y no soltarte, maldito el día en que dejé que te fueras", un sol#m (sol sostenido menor) para amarrarte y un rem (re menor) para soltarte para que un la# (la sostenido mayor) te sostenga, te quedes conmigo y no te fueras. Acordes y arpegios nacidos de la inspiración maldita terminan tal como comnezó esta canción con un do#m y un "no puedo olvidar ni sacarte de mi cabeza".
Así de deteriorado quedó el piano al tocar la canción con pasión, ira, rabia, recuerdos; como el corazón.