Adversidad

Era un jueves 2 de Junio de 1988, diez para las diez de la mañana, pleno invierno. En el vientre de una joven de 20 años un ser que permaneció solamente 6 meses y la divinidad superior decidió que naciera, así le llaman, nacer. Diez de la mañana y tiembla en Santiago. El lugar no lo recuerdo con seguridad, lo único seguro es que no era un hospital, que no era una clínica, era todo lo menos parecido a un centro médico. Sé que estaba mi madre, mi padre, mi abuela materna, mi abuelo paterno, mis tías, mi bisabuelo, más tarde llegaron mis otros abuelos y mis otros tíos, y obviemente estaba mi bisabuela que fue quien me recibió en este mundo. Como pueden leer estoy hablando de mi, es así como nací, a los seis meses y en la casa.
La criatura midió 29 centímetros y pesó un kilo y medio. Esta criatura nunca probó leche del seno de su madre, pues po tenía la capacidad de succionar del pezón materno. Estuve 2 semanas en la casa, era una casa pequeña, con un pasillo exterior, un pequeño patio, muchas habitaciones, un segundo piso de madera, una higuera, muebles escasos, cajas, éramos muy pobres, y un niño venía a este mundo con todo al revés, en un hogar de pocas comodidades, un grandes dificultades económicas, era un prematuro de seis meses, que no quería alimentarse.Debería estar durante un mes en incubadora, en un lugar desconocido y frío, me apartaban de la gente que quería, ese lugar quedaba a lo menos una hora y media de mi casa, no era mucho lo que los podía ver, habían horarios. Los doctores no podían comprender que estuviese vivo, haber soportado 2 semanas en pleno invierno sin haberme contraido ninguna enfermedad. A los médicos no les cuadraba, a mi menos, no sabía por qué estaba acá en este lugar. Ellos dijeros que si vivía tendría serios problemas mentales, todo eso era anti natural.
A los ochos meses de vida en mi cuna comencé a tener espasmos, convulsiones, ataques epilépticos permanentes, periódicos, cada 15 minutos. Mis padre con mucho esfuerzo me llevaron a un médico para poder controlarme y darle alguna explicación a mis reacciones. El médico dió el siguiente resultado de los exámenes: "Este niño no tiene cura, este niño puede morir en cualquier minuto". Mis padres desconsolados, era su primer hijo. Camino a casa pasamos por el parque Quinta Normal, en ese minuto junto a los árboles, la criatura abrió sus ojos y vió a los árboles, extendió sus manos hacia el cielo para poder tomarlos, mis padres dijeron: "Este niño no puede estar enfermo, míralo". La ciencia no podría hacer nada. Al lado del parque está la Gruta de la Virgen de Lourdes, lamentablemente estaba cerrada. Mi padre con la intención de buscar un sacerdote trepó la reja y entró, mi madre me pasó por arriba de la misma para poder ser bendecido por el cura, ella quedó afuera. En búsqueda de un cura mi padre a lo lejos divisó una túnica blanca y se le acercó, ahí pidió al hombre que me bendijera, él accedió sin problemas. El hombre giró en 180 grados y dió no más de tres pasos y desapareció. Mi madre que estaba afuera entró al recinto, mi padre le preguntó: "¿Cómo entraste?". Ella respondió: "La puerta se abrió sola". Desde ese entonces que dejé de tener aquellas reacciones. Hoy pienso, nací luchando, pues creo que mi vida se ha tornado y se tornará de esta manera.
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Escribo esto para que Dios tome una la determinación sobre mi abuelo que está hospitalizado, que le dé fuerzas a mi abuela que sufre por él, que ayude a mi padre que vive con la congoja, a mi hermano que lo vé sufre por dentro, a mis tíos que les dé paciencia, a toda mi familia que la proteja y a mi me dé fuerzas para continuar en todo lo que he empredido, si bien me siento más solo que nunca, sé que Dios está conmigo y ayudará a ese viejo que se tiraba conmigo en la alfombra del living para jugar y darme la felicidad que necesitaba. Dios por favor te lo pido de corazón.